John Stuart Mill y el utilitarismo que transformó la idea del bien común
- Jesús Arroyo Cruz
- 1 dic
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Actualizado: hace 5 días
John Stuart Mill se convirtió en una figura decisiva del pensamiento moderno. Su nombre, ligado al utilitarismo, sigue guiando discusiones sobre libertad, ética y bienestar colectivo. Este enfoque no busca fórmulas complicadas: propone entender cómo nuestras decisiones afectan a otros y cómo, según Mill, el mayor bien surge del mayor beneficio posible. Leerlo hoy es reconocer la vigencia de una filosofía que invita a pensar con responsabilidad.
El utilitarismo, para John Stuart Mill, sostiene que una acción es moralmente correcta cuando aumenta la felicidad de quienes reciben sus efectos. No se limita al placer inmediato, incluye el desarrollo personal, la libertad y la tranquilidad, elementos que Mill considera esenciales para una vida buena y responsable.
Los principios del utilitarismo según John Stuart Mill
Pocas figuras de la filosofía moderna han logrado lo que John Stuart Mill. Su nombre aparece en los libros de historia, en los debates sobre libertad y en las discusiones sobre el sentido de nuestras decisiones cotidianas. Mill creció en un ambiente intelectual exigente, formado desde niño para pensar con claridad y para cuestionar lo que parecía incuestionable. Ese impulso lo llevó a replantear la conversación moral de su tiempo con una propuesta sencilla en apariencia, pero poderosa en su alcance.
Su planteamiento buscaba fundamentar las decisiones que aumenten el bienestar humano. Mill tomó una idea que venía de generaciones anteriores y la transformó en una visión más amplia, cercana a la vida real, capaz de dialogar con las tensiones de un siglo lleno de cambios políticos, luchas por los derechos civiles y preguntas nuevas sobre el papel del Estado. Su obra se convirtió en un puente entre la tradición liberal y una reflexión ética más cercana a la experiencia cotidiana.
Hoy sigue vigente por una razón clara, coloca en el centro algo que todos hemos pensado alguna vez. ¿Qué significa actuar bien en un mundo donde cada gesto tiene un impacto visible o silencioso en quienes nos rodean? Mill no ofreció respuestas imposibles. Propuso una guía para pensar con responsabilidad. Esa guía permanece viva porque habla de la vida común, de nuestras decisiones diarias y de la búsqueda constante de un equilibrio entre el bienestar individual y el bienestar de los demás.
Felicidad y placeres superiores en el utilitarismo de Mill
El utilitarismo de John Stuart Mill observa a la moral desde una idea que parece simple, aunque exige atención y responsabilidad. Una acción es buena cuando aumenta la felicidad de quienes viven sus consecuencias. Mill formuló esta idea con una claridad poco habitual en los debates filosóficos de su tiempo. La convirtió en una herramienta útil para pensar decisiones públicas, discusiones políticas y dilemas personales. Su propuesta no nació como una teoría abstracta. Surgió de la vida real, de una sociedad que buscaba nuevas formas de convivir en medio de cambios económicos, luchas sociales y preguntas urgentes sobre el papel del Estado.
En El utilitarismo, Mill retoma las intuiciones de su padre y de Jeremy Bentham. Observa sus límites, revisa sus puntos débiles y propone una mirada más amplia sobre el bienestar humano. Su contribución no consiste en repetir definiciones de felicidad. Su aporte está en mostrar que existen satisfacciones que enriquecen de manera profunda la vida interior. Habla de placeres superiores: actividades que elevan el pensamiento, fortalecen el carácter y despiertan la sensibilidad moral. Coloca en esa categoría la lectura, la contemplación artística, el diálogo honesto y toda experiencia que abre horizontes. Mill es contundente al afirmar: “Es un hecho indiscutible: aquellos que conocen y aprecian dos placeres siempre darán preferencia a aquel que emplee sus facultades más elevadas”. (El Utilitarismo por J. Stuart Mill con notas del traductor Antonio Zozaya, Biblioteca Económica Filosófica, 1891)
¿Qué caracteriza la felicidad según los utilitaristas como John Stuart Mill?
Para John Stuart Mill, la felicidad no se reduce al placer inmediato ni a la ausencia momentánea de dolor. El utilitarismo distingue entre placeres superiores —aquellos que enriquecen la mente y el carácter— y placeres inferiores ligados a impulsos pasajeros. La verdadera felicidad surge cuando las personas desarrollan sus capacidades más elevadas, disfrutan de tranquilidad, libertad y oportunidades para crecer. Mill sostiene que la vida buena depende tanto de la calidad de lo que disfrutamos como del impacto positivo que nuestras acciones generan en la comunidad.
¿Por qué el utilitarismo de John Stuart Mill sigue siendo actual?
El planteamiento de John Stuart Mill dialoga con temas que aún dominan la agenda política: la defensa de las libertades individuales, el papel del Estado, las decisiones públicas que buscan maximizar el bienestar. Su visión ética influye hoy en debates sobre salud pública, distribución de recursos, derechos civiles y análisis de políticas públicas.
La claridad de su propuesta lo convirtió en una figura clave del pensamiento liberal. Para Mill, el bien común no significa uniformidad, sino la capacidad de cada persona para desarrollar su proyecto de vida mientras contribuye al bienestar de otros.
¿Qué aportes hizo John Stuart Mill a la libertad y la vida democrática?
John Stuart Mill vivió en un siglo que discutía su propio futuro. Inglaterra cambiaba a una velocidad que sorprendía incluso a quienes impulsaban las reformas. Las fábricas crecían, las ciudades se llenaban de obreros y las tensiones sociales obligaban a replantear reglas que parecían firmes. Mill observó ese mundo con atención. Entendió que la política no podía limitarse a administrar leyes antiguas. Necesitaba ideas nuevas para responder a los desafíos de una sociedad que buscaba justicia, oportunidades y dignidad.
Un adelantado a su tiempo
Mill también impulsó una causa adelantada a su tiempo: los derechos de las mujeres. Reconoció la desigualdad que marcaba la vida cotidiana de millones de mujeres en Europa y señaló que una sociedad que excluye a la mitad de su población se condena a la pobreza intelectual y moral. Su propuesta de igualdad legal y educativa fue radical para su época y sigue siendo una referencia en la historia del feminismo.
También reflexionó sobre los límites del Estado. Para Mill, el poder político debía tener un tamaño razonable. Debía evitar interferencias innecesarias, pero sin abandonar su responsabilidad de garantizar condiciones básicas de justicia y protección. Su preocupación por el equilibrio entre autoridad y libertad ayudó a dar forma al liberalismo moderno.
Las ideas de Mill permanecen vigentes porque apelan a problemas que siguen presentes. Hablan del lugar del individuo, del respeto a la diversidad, de la necesidad de proteger a quienes no tienen voz y del sentido profundo de la vida democrática. Pensar con Mill es volver a los fundamentos que sostienen una sociedad libre. Si deseas, puedes adquirir El Utilitarismo por J. Stuart Mill: Con notas del traductor Antonio Zozaya publicado por La Atenas de América en Amazon y disponible en pasta blanda y pasta dura. También podrían interesarte, otros títulos de la colección Ciencia política:
Una moral sin dogmas: el legado ético de John Stuart Mill
El pensamiento de John Stuart Mill invita a mirar la moral sin dogmas y a situar la felicidad colectiva en el centro de nuestras decisiones. Su propuesta utilitarista continúa ofreciendo claridad en tiempos de incertidumbre y debates polarizados. Leerlo hoy es reconocer que su búsqueda ética —construida con rigor y sensibilidad— sigue siendo una brújula para pensar el bien común y para entender el lugar de cada individuo dentro de la sociedad.
Este artículo ha sido escrito por Jesús Arroyo Cruz con base en fuentes históricas de los siglos XIX y XX. Nuestros contenidos están diseñados para aportar y acompañar en el camino del conocimiento.





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