San Alfonso María de Ligorio y la necesidad absoluta de orar
- Jesús Arroyo Cruz
- 21 may
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 9 oct
San Alfonso María de Ligorio, doctor de la Iglesia, fundador de la Congregación del Santísimo Redentor y una de las figuras más influyentes de la espiritualidad católica, sostuvo con fuerza inquebrantable una enseñanza: sin oración, no hay salvación. Esta verdad, repetida con claridad y pasión en su obra De la importancia de la oración, para alcanzar de Dios todas las gracias y la salud eterna, —perteneciente a la colección Joyas católicas de la Atenas de América— es el núcleo de su teología espiritual y su legado pastoral. Este artículo busca presentar, de forma devocional y didáctica, por qué San Alfonso María de Ligorio consideraba absolutamente necesario orar para alcanzar la gracia de Dios y salvar el alma.
Orar para salvarse: un principio irrenunciable
Para San Alfonso, la oración no era una opción espiritual ni una devoción entre muchas, sino la condición indispensable para perseverar en la gracia y evitar la condenación eterna. En sus propias palabras, "el que ruega se salva ciertamente, así como el que no ruega se condena. Todos los bienaventurados, exceptuando los niños, se han salvado por la oración: todos los condenados se han perdido por no haber orado: si hubiesen rogado, no se hubieran perdido". Esta sentencia contundente se apoya en una visión profundamente cristocéntrica: todos los bienes espirituales provienen de Dios, y Dios los concede únicamente a quien los pide por medio de la oración.
Según el santo napolitano, esta enseñanza es una doctrina de fe, sostenida por los Santos Padres, los concilios y el testimonio de las Santas Escrituras. Cristo mismo lo dijo en Mateo 7,7: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá”. San Alfonso concluye: “Nada más cierto: quien pide recibe; quien no pide, no recibe”.
La oración como medio universal para obtener la gracia
La obra en referencia insiste en que no basta con tener buenos deseos ni incluso buenas obras; sin la oración humilde y constante, ninguna virtud se sostiene. La gracia de Dios es el alma de toda vida cristiana, y esa gracia se obtiene únicamente por medio de la oración confiada.
San Alfonso subraya que incluso los sacramentos, que son canales objetivos de gracia, requieren de la oración para ser fructuosos. Nadie persevera sin pedir perseverancia; nadie resiste la tentación sin pedir fuerza. De ahí que diga: “Quien no reza, no quiere salvarse”.
A la vez, el santo advierte que la oración no necesita de palabras elevadas ni formas complejas. Basta con elevar el corazón a Dios, incluso con un simple suspiro. La clave está en la fe, la perseverancia y la humildad: tres actitudes que, para San Alfonso, hacen eficaz cualquier oración.
¿Por qué es importante orar todos los días?
San Alfonso María de Ligorio enseña que la necesidad de orar es diaria, constante y vital. El alma que no ora se debilita y cae. El demonio, afirma el santo, no teme tanto a nuestros ayunos o vigilias como a nuestras oraciones, porque mientras el alma ora, permanece unida a Dios.
En su tratado, San Alfonso relata numerosos ejemplos de santos que perseveraron gracias a la oración diaria y de almas que se perdieron por haberla descuidado. Una oración ferviente, aunque breve, vale más que muchas palabras sin devoción. Por ello exhorta: “Rezad siempre, y no desfallezcáis”.
Además, recalca que es importante enseñar a orar desde la infancia. Padres, catequistas y pastores tienen el deber de formar a los fieles en esta disciplina espiritual que es, a la vez, conversación amorosa con Dios y escudo contra el pecado.
¿San Alfonso María de Ligorio decía que quien no ruega se condena?
Sí. Esta es una de sus frases más conocidas. Enseñaba que Dios da la gracia a quien la pide; por tanto, quien no ruega, se cierra voluntariamente a esa gracia.
¿Qué tipo de oración recomendaba San Alfonso?
Recomendaba especialmente la oración mental, también llamada meditación, como medio privilegiado para alimentar la fe. También promovía las jaculatorias, súplicas breves, el Rosario y la devoción al Santísimo Sacramento.
¿La oración es más importante que los sacramentos?
No. Pero San Alfonso enseña que incluso los sacramentos requieren preparación interior y perseverancia, que solo se logran con oración frecuente. La oración dispone el alma a recibir los sacramentos con fruto.
El libro que recoge su doctrina sobre la oración
En De la importancia de la oración, para alcanzar de Dios todas las gracias y la salud eterna, San Alfonso ofrece un tratado completo, claro y profundo sobre este tema vital. Publicado por La Atenas de América, este volumen presenta los fundamentos bíblicos, patrísticos y pastorales de la doctrina de la oración como camino de salvación.
Si deseas adquirirlo en versión ebook, pasta blanda o pasta dura, te sugerimos visitar Amazon y solicitar su descarga inmediata o el envío al domicilio de tu preferencia. De igual forma, puedes explorar más libros espirituales en el artículo de nuestra colección Joyas católicas: libros para profundizar en la doctrina católica.
Oración y perseverancia final: el gran secreto
San Alfonso insiste en que la gracia más grande que se puede pedir es la perseverancia final, es decir, morir en gracia de Dios. Y esa gracia, la más alta de todas, también se obtiene por medio de la oración. Por eso, el cristiano debe vivir en una actitud permanente de súplica, de confianza, de dependencia filial ante su Padre celestial.
Para este santo doctor, la oración es la llave de la salvación. No hay excusa para no orar. La oración es posible siempre, en todo lugar, en toda condición. No orar es renunciar a los auxilios divinos y abandonar el alma al naufragio.
San Alfonso nos enseña a orar para salvarnos
La voz de San Alfonso María de Ligorio sigue resonando con fuerza. Orar es vivir, orar es salvarse. Te invitamos a redescubrir el sentido profundo de la oración cristiana de la mano de este gran santo. Su libro además de ser un tratado teológico, es una guía viva y concreta para quien busca la salvación en medio del combate cotidiano de la fe.
Este artículo ha sido preparado por Jesús Arroyo Cruz con base en fuentes devocionales e históricas de los siglos XIX y XX. Todos nuestros contenidos están diseñados para inspirar, enseñar y acompañar en el camino de la fe.





Comentarios