Praxedis Guerrero, el anarquista que convirtió su vida breve en trinchera
- Jesús Arroyo Cruz
- 16 jun
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 30 oct
En los anales de la Revolución Mexicana, pocos nombres resplandecen con la intensidad moral y la coherencia ideológica de Praxedis Guerrero. Su vida fue breve, pero su paso por el periodismo, el anarquismo y la acción armada dejó una huella imborrable en el pensamiento revolucionario de inicios del siglo XX. Guerrero no fue un caudillo tradicional ni un oportunista político. Fue un joven que, armado de ideales y letras, decidió poner su cuerpo al servicio de la insurrección.
Nacido en 1882 en San Felipe, Guanajuato Praxedis inició su vida pública como tipógrafo y más tarde como colaborador de publicaciones radicales. Su adhesión al anarquismo se formó leyendo a Kropotkin, Bakunin y Malatesta, pero también enfrentó con decisión el aparato estatal del porfiriato. Con su pluma criticó la explotación obrera, la hipocresía religiosa y la corrupción de los gobiernos.
Palabra y fusil: una coherencia peligrosa
En 1907, tras dejar el Ejército Federal, Praxedis optó por la clandestinidad revolucionaria. Viajó a Estados Unidos, donde se integró al Partido Liberal Mexicano (PLM), bajo el liderazgo de Ricardo Flores Magón. Fue uno de los pocos militantes que predicó con el ejemplo, pues mientras muchos redactaban proclamas, Praxedis cruzó la frontera para dirigir acciones armadas.
En 1911 comandó la toma de la ciudad de Janos, Chihuahua, donde resultó muerto a los 28 años. Su muerte fue consecuencia directa de su elección de vida. En sus cartas y ensayos, compilados por José Antonio Martínez Álvarez en Praxedis Guerrero. Pensamiento combatiente y otros documentos se advierte una tensión permanente entre su deseo de justicia y la conciencia de su inminente sacrificio.
“Para luchar por la libertad no hacen falta odios”, escribió Guerrero, dejando claro que su anarquismo no era nihilismo, sino una ética de acción.
Contra el poder y sus formas
El pensamiento de Praxedis Guerrero no se limita a la crítica al porfirismo. En sus escritos también se expresa una desconfianza estructural hacia toda forma de poder autoritario, incluida la que podría surgir de la propia revolución.
Con lucidez profética, advirtió contra el riesgo de que los nuevos gobiernos repitieran las formas del despotismo derrocado. Para él, la verdadera emancipación no podía construirse con ejércitos jerárquicos ni con dictaduras revolucionarias. “Sin odio puede aniquilarse a los despotismos”, escribió, subrayando su compromiso con una revolución humana, no vengativa.
El legado que no se conmemora
A diferencia de los generales encumbrados en la historia oficial, Praxedis Guerrero no fue recuperado como héroe nacional. Su anarquismo, su anticlericalismo y su radicalismo ético lo mantuvieron al margen del panteón patrio. Sin embargo, su obra escrita, sus actos de insurrección y su coherencia lo convierten en una figura indispensable para entender los dilemas de la Revolución Mexicana.
Su legado interpela. Nos obliga a pensar en las formas de lucha, en los fines de la acción política y en los costos de mantener la integridad en tiempos de violencia. Como recuerda José Antonio Martínez Álvarez: “Su pensamiento es actual porque está incompleto; no porque sea deficiente, sino porque no hay forma de cerrarlo sin traicionarlo”.
¿Quién fue Praxedis Guerrero?
Praxedis Guerrero fue un joven anarquista mexicano nacido en 1882, cuya trayectoria combinó la acción revolucionaria con una producción intelectual intensa. Fue tipógrafo, poeta, periodista y militante del Partido Liberal Mexicano (PLM), influido profundamente por las ideas de Kropotkin, Bakunin y Malatesta. A través de medios como Regeneración escribió ensayos incendiarios contra el régimen porfirista, defendió a los trabajadores y denunció el papel opresor del clero. Su compromiso pasó de las ideas a las acciones al organizar y encabezar acciones armadas, especialmente durante las insurrecciones del PLM en 1910 y 1911. Murió en combate en la toma de Janos, Chihuahua, a los 28 años, dejando una obra breve pero lúcida, coherente y crítica frente a cualquier forma de poder opresivo.
¿Por qué se le considera un anarquista auténtico?
Porque vivió lo que escribió. Su anarquismo no fue una pose ideológica, fue una práctica integral, renunció a privilegios, rechazó la violencia gratuita, y se negó a asumir cargos que contravinieran sus principios de horizontalidad. Escribió que el verdadero anarquismo debía combatirse “sin odio” y “sin sustituir un poder por otro”, cuestionando no sólo al porfirismo, sino también a los caudillos revolucionarios. Incluso dentro del PLM, se opuso a toda jerarquía, convencido de que el cambio debía comenzar por las formas en que se organizaba la lucha. La coherencia entre su pensamiento, su vida y su muerte lo convierten en una figura singular. No traicionó sus ideas ni las usó para ascender políticamente.
¿Qué lo distingue de otros revolucionarios?
A diferencia de muchos líderes de la Revolución Mexicana que terminaron absorbiendo las lógicas del poder, Praxedis Guerrero murió sin haber pedido nada para sí. No buscó cargos ni fama. Su lucha fue por principios y no por poder. Fue también un revolucionario que priorizó la claridad ética y la reflexión crítica. En sus textos advirtió sobre el peligro de que la revolución degenerara en un nuevo autoritarismo. Su anarquismo tenía una dimensión profundamente ética y educativa, y su forma de escribir, actuar y morir estuvo siempre regida por una coherencia radical.
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Un ejemplo ético
Praxedis Guerrero no dejó una organización, ni una corriente dominante, ni un ejército triunfante. Dejó un ejemplo ético. Su anarquismo no fue táctico, fue vital; no buscaba el poder, quería su disolución. En un México sacudido por caudillos, traiciones y guerras intestinas, Praxedis se mantuvo firme en una trinchera hecha de palabra, acción y coherencia. Su vida breve fue una advertencia lúcida. Sin principios, la revolución se convierte en simulacro; sin ética, la lucha sólo reproduce lo que busca destruir.
No es casual que su nombre apenas figure en los libros de texto. Praxedis Guerrero incomoda porque no hay forma de celebrarlo sin asumir lo que exigía: responsabilidad personal, rechazo al autoritarismo y compromiso radical con la libertad.
Este artículo ha sido escrito por Jesús Arroyo Cruz con base en fuentes históricas de los siglos XIX y XX. Nuestros contenidos están diseñados para aportar y acompañar en el camino del conocimiento.





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